La Escuela de Formación Continua de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) organizó, en el Auditorio Víctor René Nicoletti, una jornada denominada “Poner en juego los oficios del lazo. Fragmentos, umbrales, saberes, presenciales, dones y compañías”. 

La actividad, dirigida a estudiantes de la Tecnicatura y Licenciatura en Psicopedagogía, estuvo a cargo de los docentes Lic. Facundo Rodríguez Arcolia y Lic. Nicolás Moreira y contó con la participación especial de la Doctora en Ciencias de la Educación de la Universidad de París V-Sorbona, Graciela Frigerio.

En ese contexto, los objetivos de la jornada fueron abordar los desafíos que demanda el trabajo en las instituciones educativas y de la salud desde la clínica de los oficios del lazo y promover un encuentro de acercamiento, intercambio y reflexión en torno al pensamiento original de la Dra. Frigerio, referente intelectual del campo educativo en Iberoamérica

Al respecto, Graciela Frigerio se mostró agradecida por la invitación y resaltó que fue un honor haber participado de esta charla. Por otra parte, puntualizó la importancia de organizar espacios de reflexión y colectivos donde se pueden debatir, poner en común, intercambiar ideas.

Posteriormente, detalló que el oficio de la psicopedagogía no se limita a cuestiones técnicas, “se trata de encontrarse con otros y con otras y llevar adelante un trabajo político, ya que la intervenciones que hacemos hacia los sujetos producen efectos subjetivos singulares y efectos en los espacios colectivos en la vida en común”.

Es por este motivo que, la Doctora en Ciencias de la Educación señaló que estos trabajos “requieren ser pensados como trabajos políticos y llevarlos adelante ponen en juego una necesidad de un trabajo psíquico de cada uno de lo que oficia, ya que son desempeños que conmueven el aparato psíquico y que ponen en juego movimientos de transferencia y contratransferencia”.

Por otra parte, Graciela se mostró encantada con la UNLaM y aclaró que una institución se percibe y uno la registra por la actitud de su gente y, en la Universidad, “me recibieron con muchísima hospitalidad, amabilidad, cordialidad y respeto.