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noticia 06 de Julio de 2018

Un estudio de la UNLaM indaga los factores sociales que influyen en el éxito de un atleta

La condición socio-económica de los familiares resulta clave para contar con oportunidades de triunfo.


Cuando la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) y el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) firmaron un convenio de cooperación, una de las metas pautadas fue trabajar en conjunto para generar nuevos saberes y proporcionar conocimiento científico para el desarrollo del deporte.

Con esa premisa, un grupo de docentes de la Universidad elaboró una investigación académica que se propuso identificar los factores sociales que determinan que un adolescente pueda involucrarse en las competencias de mayor relevancia y convertirse en un deportista de elite.

Los profesores de la UNLaM se preguntaron qué condiciones influyen en el desarrollo de potenciales atletas y decidieron centrar su estudio en aquellos que se entrenan para los Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputarán en octubre.

¿Será que la destreza física es suficiente para alcanzar el triunfo? ¿O existen otros factores externos, como el apoyo familiar, que resultan determinantes para llegar al resultado deseado?

La docente Ianina Tuñón, integrante del equipo de investigación del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales, confirmó que hay una mayor probabilidad de éxito por parte de los “adolescentes aventajados”. El estudio explica que tienen mayores probabilidades de éxito deportivo aquellos atletas cuyo hogar está constituido por un núcleo conyugal completo, y cuyos padres cuentan con un nivel educativo y socioeconómico medio-alto.

Las estadísticas demuestran que el 84,3 por ciento de los adolescentes en proceso de selección para los Juegos Olímpicos pertenece a hogares biparentales, donde tan solo el 4,2 por ciento no tiene acceso a internet y el 3,6 por ciento no cuenta con red de agua potable, solo para indicar algunos de los datos más significativos.

Tunón aclaró que los resultados que arroja la investigación no descartan que, en las poblaciones vulnerables, haya un potencial deportivo, sino que visibilizan “la imposibilidad de generar estructuras de oportunidades en las infancias y adolescencias pobres”.

Este trabajo “nos ayuda a comprender que la mayoría de las infancias en el país no participan de procesos formativos en el campo del deporte” y que los esfuerzos que realizan los estados “no parecen ser suficientes para la detección y el desarrollo de los talentos deportivos” en los sectores bajos, indicó la profesora.