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noticia 18 de Mayo de 2020

Referentes de bioética de diversas religiones acordaron criterios y acciones ante el COVID-19

Por primera vez en la historia del país, prestigiosos bioeticistas del judaísmo, cristianismo e islam establecen una declaración conjunta académica no teológica en esta materia.


Es la primera vez en la historia del país que prestigiosos bioeticistas del judaísmo, cristianismo e islam establecen una declaración conjunta académica no teológica en esta materia. 

Entre ellos se encuentra el rabino Fishel Szlajen, profesor de la UNLaM.
Esto se da en el marco de un contexto histórico para la humanidad, producto de la pandemia mundial, con el fin de unificar criterios, fundamentos y acciones a tomar ante la emergencia sanitaria.

La iniciativa fue impulsada por el padre Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la UCA, quien convocó al rabino y profesor de la UNLaM Fishel Szlajen por el judaísmo; al imam Marwan Sarwar Gill por el islam; al docente bioeticista Gabriel Ballerini por las iglesias evangélicas y al Élder Benjamín De Hoyos Estrada por los mormones.

El objetivo del documento es establecer un protocolo de acción para una justa y óptima planificación y asignación de recursos sanitarios vitales ante una saturación de casos potencialmente mortales, situación donde, además, puede concurrir la urgencia, el hacinamiento y la angustia física y psicológica.

Tras la firma del documento, el especialista en bioética de la UNLaM remarcó que “lo más importante es que prevalece la protección de la vida humana y su integridad física, más allá de cualquier credo”, y, su vez, ponderó el criterio de equidad “para que a todos les den lo que necesitan”.

Los autores de este protocolo expresaron su satisfacción por aunar criterios. La relevancia del documento radica en la conjunción de religiones para las normas bioéticas y sus prácticas ante estas situaciones límite, más aun en países de triage con criterios reñidos con los principios humanitarios. Además, establece criterios éticos fundamentales, también compartidos por la ciencia.

Los representantes religiosos destacan en el texto que estos principios fundamentales son cinco: protección de toda vida humana y su integridad física; de totalidad o terapéutico; de libertad responsable; de justicia y de subsidiaridad.

Y a partir de estas premisas, se derivan otros procesales como el de igualdad de trato, tiempos de espera, distribución y asignación apropiada de recursos, no abandono, comunicación eficaz y clara entre el profesional y el paciente, así como otras cuestiones para evitar la degradación en la calidad de la atención, comprometiendo la seguridad física y moral de la persona.

“Es precisamente en estos principios donde se produce un encuentro entre la ciencia y la fe; resguardando la dignidad de cada ser humano, velando por su custodia y la defensa de sus derechos fundamentales”, coincidieron los firmantes del proyecto.